THE FACTS:

El reciente triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha generado un notable revuelo en la industria de las criptomonedas. Bitcoin alcanzó un nuevo récord al superar los $75,000, y otras acciones relacionadas, como las de Robinhood Markets y MicroStrategy, también experimentaron un aumento. La victoria de Trump, quien ha mostrado un renovado apoyo a las criptomonedas, junto con un Congreso ahora más favorable a estas tecnologías, ha elevado las expectativas de un cambio regulatorio en el sector.

La industria criptográfica invirtió más de $100 millones en campañas políticas durante este ciclo electoral, logrando resultados significativos en la Cámara de Representantes y el Senado. En particular, los PAC de criptomonedas lograron desbancar a Sherrod Brown, un crítico prominente de la industria, en Ohio. Este movimiento se suma a una promesa de Trump de destituir al presidente de la SEC, Gary Gensler, y transferir la regulación de las criptomonedas a una agencia más amigable, la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC).

Sin embargo, el panorama no está exento de desafíos. A pesar de las promesas, no está claro cuán prioritarias serán las criptomonedas en la agenda del presidente electo. Además, los críticos argumentan que la desregulación podría incrementar la volatilidad y los riesgos asociados al sistema financiero estadounidense, especialmente considerando el historial de proyectos fraudulentos como FTX.

En paralelo, los mercados de predicción, basados en criptomonedas, jugaron un rol importante durante las elecciones, mostrando una mayor precisión en sus proyecciones frente a las encuestas tradicionales. Estos mercados canalizaron más de $2,000 millones en apuestas sobre los resultados electorales, destacando su creciente influencia en la arena política.

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