THE FACTS:

La educación, proclamada por la ONU como un derecho humano fundamental, se encuentra en una encrucijada tecnológica. La inteligencia artificial (IA) y otras herramientas digitales ofrecen un potencial transformador para estudiantes y educadores, pero también plantean riesgos considerables que no pueden ignorarse.

Como destacó António Guterres, Secretario General de la ONU, la tecnología, y en particular la IA, presenta una doble naturaleza. Por un lado, puede democratizar el acceso a la información y proporcionar herramientas de aprendizaje avanzadas, enriqueciendo la experiencia educativa. Pero, por otro lado, su rápido desarrollo y la falta de regulación ética plantean desafíos importantes.

La UNESCO, en su Día Internacional de la Educación dedicado a la IA, ha hecho un llamado a la inversión en formación tanto para profesores como para alumnos. La directora general de la organización, Audrey Azoulay, enfatizó la necesidad de principios éticos claros que rijan la implementación de la IA en las escuelas. La tecnología debe complementar, no sustituir, las dimensiones humanas y sociales del aprendizaje.

La preocupación de la ONU se centra en mantener la “agencia humana” y los derechos humanos en el centro de esta revolución tecnológica. Guterres aboga por garantizar que todos los usuarios tengan las herramientas y el conocimiento necesarios para utilizar la IA de manera inteligente, segura y ética.

Sin embargo, la realidad muestra una división en cuanto al uso de la IA en la educación. Mientras que en países de ingresos altos los estudiantes ya utilizan herramientas de IA generativa para sus tareas, la mayoría de las instituciones educativas carecen de marcos oficiales para su uso. Simultáneamente, algunos países están imponiendo restricciones a las nuevas tecnologías en las aulas, lo que evidencia la necesidad de un debate global sobre cómo integrar la tecnología de manera responsable en la educación.

La implementación de la tecnología en la educación no está exenta de riesgos. La desinformación, la manipulación y la falta de privacidad son solo algunos de los desafíos que plantea la IA. Es crucial que los educadores y los estudiantes desarrollen habilidades de pensamiento crítico y alfabetización digital para navegar por este nuevo panorama. La tecnología tiene el potencial de revolucionar la educación, pero su implementación debe ser cuidadosa y ética. Como proclama la ONU, la educación es un derecho humano que debe ser accesible para todos. La tecnología puede ser una herramienta poderosa para lograr este objetivo, pero solo si se utiliza de manera responsable y se prioriza el bienestar de los estudiantes.

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IA EN LA EDUCACIÓN Y SU DOBLE NATURALEZA.