THE FACTS:
La histórica Ley de Inteligencia Artificial (IA) de la Unión Europea ha entrado oficialmente en vigor, marcando un hito significativo en la regulación de la IA a nivel mundial. Propuesta por primera vez por la Comisión Europea en 2020, la Ley de IA establece un marco regulatorio integral y armonizado que aborda los impactos negativos de la inteligencia artificial. La normativa se centra en un enfoque basado en el riesgo, regulando diferentes aplicaciones de la IA de manera proporcional al nivel de riesgo que representan para la sociedad.
Las empresas tecnológicas estadounidenses, como Microsoft, Google, Amazon, Apple y Meta, están en el punto de mira de esta legislación debido a su papel predominante en el desarrollo y la implementación de sistemas avanzados de IA. La Ley de IA impone obligaciones estrictas para aplicaciones de IA consideradas de alto riesgo, como vehículos autónomos, dispositivos médicos, sistemas de decisión crediticia, sistemas de calificación educativa y sistemas de identificación biométrica remota.
Estas obligaciones incluyen la evaluación y mitigación de riesgos, el uso de conjuntos de datos de alta calidad para minimizar sesgos, el registro sistemático de actividades y la obligación de compartir documentación detallada con las autoridades.
Además, la Ley de IA prohíbe aplicaciones consideradas inaceptables, como sistemas de puntaje social, vigilancia predictiva y tecnologías de reconocimiento emocional en lugares de trabajo o escuelas. Esta legislación también afecta a los modelos de IA generativa, etiquetados como IA de propósito general, que deben cumplir con requisitos estrictos de transparencia y ciberseguridad.
Las sanciones para las empresas que no cumplan con la Ley de IA pueden ser severas, con multas que van desde 35 millones de euros o el 7% de los ingresos anuales globales de la empresa, lo que sea mayor, hasta 7,5 millones de euros o el 1,5% de los ingresos anuales globales. La supervisión de los modelos de IA estará a cargo de la Oficina Europea de IA, creada por la Comisión en febrero de 2024.
La entrada en vigor de esta ley representa un esfuerzo significativo de la UE por replicar el impacto global que tuvo el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en la privacidad digital, pero ahora en el ámbito de la inteligencia artificial. Aunque la Ley de IA ha entrado en vigor, muchas de sus disposiciones no se aplicarán hasta 2026, y las restricciones a los sistemas de propósito general comenzarán 12 meses después de la entrada en vigor. A los sistemas de IA generativa comercialmente disponibles se les concede un período de transición de 36 meses para cumplir con las normas.
THE OUTCOME:
Para los líderes empresariales y directivos, es crucial entender las nuevas obligaciones y riesgos asociados con la implementación de sistemas de IA. Las empresas deben prepararse para cumplir con los estrictos requisitos de evaluación de riesgos, transparencia y ciberseguridad, así como para gestionar el impacto potencial de las prohibiciones sobre aplicaciones inaceptables de IA. Además, deben estar atentos a las sanciones significativas por incumplimiento y considerar la posibilidad de ajustes en sus estrategias de desarrollo y uso de IA.